jueves, 11 de junio de 2009
¿QUIEN EVALUA AL GOBIERNO?
Con un discurso de izquierda, la derecha política del Ecuador ha sabido engañar al pueblo ecuatoriano, utilizando un lenguaje mentiroso y embaucador que sirve lealmente a la socialdemocracia neoliberal, afianzada en el poder desde 2007.
Allí aparece Rafael Correa cantando a la revolución ciudadana, evocando al Ché, y sazonando en el sartén de la demagogia burguesa, el plato favorito del discurso correísta, con frases como “Hasta la Victoria Siempre ” o ” La Patria ya es de todos”.
La estrategia es clara, a Correa le encomendaron sonreírle al pueblo con sus cantos de sirena izquierdista, para hacernos creer que estamos en la antesala del socialismo, mientras los verdaderos ejecutores del plan neoliberal -entiéndase ministros, secretarios y/o coordinadores-, apuntalan una revolución en reversa, hacia el pasado de oprobio y saqueo socialcristiano y demócrata cristiano.
Los asalariados del gobierno de Movimiento País que defienden a capa y espada al gobierno burgués, callan ante la pérdida de los derechos laborales de cientos de miles de trabajadores que ven cómo se les ha despojado de los contratos colectivos, armadura que protegía a la clase obrera de la embestida patronal, caracterizada por los despidos masivos.
Correa no se conforma con haber descabezado el sindicato petrolero de Petroecuador, creando las condiciones para la privatización de la primera empresa del país. Él fue quién presionó al Directorio Político para que se agilite la entrega de los campos Pacay, Pucuna, Armadillo, Singue, Pañacocha, Eno Ron, Puma, Chanangué, Bloque 20, Pungarayacu, etc, para beneficiar a los afiliados de la ID y PSC, representados por las empresas Dygoil, el consorcio Gran Colombia.y la sociedad anónima Petroamazonas.
Ahora Correa arremete en contra del sindicato de los maestros, único bastión de resistencia y dignidad que tiene el Ecuador, repitiendo el mismo discurso que utilizó en su momento para desprestigiar a los trabajadores petroleros estatales. ¡Basta ya de esa dirigencia corrupta!, ¡No más mediocridad! sentenció el Chicago Boys, al referirse a los dirigentes de la Unión Nacional de Educadores (UNE).
Es fácil criticar desde el poder, cuando se desconoce la realidad del sector educativo, o cuando tras el discurso oficial se esconden intereses creados para desaparecer la dirigencia sindical, como -condición hacia la privatización a ultranza- del sector educativo. Le preocupa al gobierno burgués el carácter emancipador del proyecto educativo que se lleva a cabo en el magisterio, el cual tiene -como debe ser-, no solo el objetivo de impartir las materias que forman parte del pénsum académico, sino el de educar políticamente a la juventud para construir mentes críticas del sistema capitalista dominante, hacia el verdadero socialismo liberador. A propósito, si hay que reconocerle un mérito a la derecha encaramada en los colegios particulares, no podemos negar que han hecho un gran trabajo para crear jóvenes políticamente neutros, socialmente indolentes ante la injusticia imperante, quemeimportistas frente al saqueo de los recursos naturales o la pérdida de la soberanía e identidad nacional.
A la hora de evaluar a los planteles educativos del país es necesario establecer realidades contrapuestas de injusticia y desigualdad que Correa conoce, pero prefiere ignorar, a fin alcanzar los objetivos del neoliberalismo.
No se puede evaluar por igual a maestros y/o estudiantes de escuelas y colegios fiscales, donde en su mayoría no cuentan con el presupuesto básico para material didáctico; donde los servicios básicos como agua potable o electricidad -dónde ahí-, se cortan a diario por falta de pago; dónde una computadora está destinada para cinco y más alumnos a la vez; dónde los niños deben caminar horas de horas por caminos de herradura, en lluvias torrenciales o soles caniculares; o subirse a los escasos buses atestados de gente, o en camiones que pasan por las vías, a fin de llegar a tiempo a sus escuelas. Esa es la realidad de 7000 establecimientos unidocentes que tiene el país. El rostro que no mira el regimen, es ése, maestros que se baten dando clases a cincuenta, sesenta, cien y más estudiantes al mismo tiempo, realidad antipedagógica que afecta el rendimiento, que perjudica el proceso de enseñanza y aprendizaje.
En la otra orilla están los colegios pagados, religiosos, llamados particulares, en los que los estudiantes llegan casi sin despeinarse, olorosos, bien comidos, arriban a clases en buseta privada. Allí se educan los niños bien, en establecimientos administrados por empresarios que han convertido el derecho a la educación en otra forma de negocio. Allí, una élite privilegiada, de padres de familia de clase media alta, pagan elevadas pensiones para que sus hijos tengan una computadora para cada alumno, con atención psico pedagógica diaria, en aulas donde el número de chicos no pasa de 25 por clase.
Acaso, el 90% de la población ecuatoriana, integrada por obreros de las fábricas, campesinos agricultores, comerciantes minoristas y de la calle, artesanos, etc, que sobreviven con doscientos dólares, están en capacidad de destinar entre cien y quinientos dólares al mes, al pago de las pensiones en colegios privados.
En el actual gobierno, los verdaderos responsables del abandono, crisis y retraso de la educación están representados por el eterno ministro de Educación Raúl Vallejo (ex rector del Colegio elitista Einstein), por Alfredo Vera Arrata, ex secretario de estado, y por otros sujetos, que por más que se piten de verde, siguen siendo naranjas, pues formaron parte de gobiernos incompetentes representados por la Izquierda Democrática.
A la hora de evaluar, no solo que hay que hacerlo con maestros y estudiantes, sino que se debe empezar por el propio presidente de la república y su ministro estrella Raúl Vallejo. En dos años y medio de gobierno qué han hecho para eliminar el analfabetismo en el Ecuador. En Venezuela y Bolivia ya se eliminó esta lacra social y en Nicaragua están a punto de declarar al país territorio libre de analfabetos.
La evaluación docente que se quiere imponer a raja tabla en Ecuador es punitiva, para sancionar a aquellos que sigan utilizando las calles como medio de expresión ante la privatización que oculta la revolución ciudadana. Se prohíbe y amenaza con despidos masivos, incluso con el uso de la fuerza pública y la cárcel para todos quienes protesten o se acojan al derecho constitucional de la resistencia o la huelga. A eso llamo con mayúsculas, el Fascismo del Siglo XXI.
A la oligarquía enquistada en Carondelet, con vínculos estrechos con los EE.UU., les incomoda que se eduque a nuestra juventud con el espíritu antiimperialista de grandes pensadores, como José Peralta. Que se le enseñe a nuestros hijos a ser rebeldes e indómitos como fueron Rumiñahui y Montalvo, quienes nos enseñaron el valor de levantar la cabeza frente al tirano que hoy nos gobierna.
Por otro lado, en el Ecuador existe un déficit de más de 26 mil maestros, de los cuales Correa ofreció crear 12 mil partidas docentes, de las que tan solo se han creado 1000. Es decir, apenas han cumplido con el 8%. Con esa calificación, 8/100, Correa y el ministro deberían irse a su casa.
Finalmente, a las élites capitalistas jamás les interesó educar al pueblo, por ello persiste el abandono en las escuelas y colegios fiscales. Oportunamente denunciamos cómo la alcaldía socialdemócrata de la ID , representada por el hoy asambleísta electo Paco Moncayo, su vicealcalde Andrés Vallejo, el ex edil Augusto Barrera (hoy alcalde de Quito), entre otros, destinaron millones de dólares para tumbar parques y avenidas que se hallaban en perfecto estado, a fin de volver a levantar monumentos al derroche más vergonzoso. Entre tanto, las escuelas y colegios públicos, a pocas cuadras del Palacio de Carondelet, o de la alcaldía de Quito, soportan hasta hoy condiciones físicas deplorables, a saber: Uno y dos baños públicos para cientos de estudiantes; techos y pisos que se caen a pedazos; aulas de computación sin Internet, espacios recreacionales reducidos, pupitres destartalados, hacinamiento, insalubridad, etc, etc.
“Quien no sepa de computación o internet es el analfabeto del Siglo XXI”, dice la gente común de la calle, al respecto qué ha hecho el gobierno en dos años y medio de gestión, para revertir la última gran verdad: En el Ecuador apenas 290 mil ecuatorianos, el 2% de la población tiene acceso directo al Internet. En esta materia el gobierno también se queda de año.
PRENSA ALTERNATIVA
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